La Fundación Piñeiro Pose prepara una "rehabilitación integral" de la Casa Escariz - La Opinión de A Coruña

2022-10-10 10:56:51 By : Mr. julong su

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La Casa Escariz, legada por el filántropo Manuel Piñeiro Pose, desde la plaza de Pontevedra. | // VÍCTOR ECHAVE

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La Casa Escariz, conformada por los dos edificios de fachada conjunta situados entre Payo Gómez, Teresa Herrera y la plaza de Pontevedra, recibirá una “rehabilitación integral” según los planes de la Fundación Manuel Piñeiro Pose, que la gestiona por voluntad del filántropo del mismo nombre. El edificio, cuya propiedad disputa actualmente el Concello a la fundación en los tribunales, tiene una protección de nivel II o estructural, el segundo más alto en la legislación gallega y normativa coruñesa.

Según explica Alfredo Losada, abogado de la Fundación y de los albaceas de Piñeiro Pose (que también son los patronos de la entidad), es “un edificio señero, que puede parecer externamente que no tiene que patologías” pero que las ha ido desarrollando “con el transcurso de los años”. Los albaceas, indica, entienden que su preservación es parte de las obligaciones del legado. Actualmente están trabajando en el proyecto de rehabilitación, del que aún no se saben los detalles pero que incluirá mejoras de eficiencia energética, y ya se ha modificado un ascensor.

Al ser un edificio protegido, explica, no se harán reformas que modifiquen sus características principales, y “no se va a cambiar ningún elemento de la fachada ni nada por el estilo”. La normativa establece que en este tipo de edificios se pueden realizar tareas de mantenimiento o rehabilitación, pero que hay que conservar sus elementos singulares.

El inmueble está incluido dentro del catálogo municipal, que comprende elementos a preservar, desde 1985. El actual plan urbanístico considera al inmueble, terminado en 1930-1931 y proyectado por el arquitecto Eduardo Rodríguez-Losada, de interés por motivos históricos, arquitectónicos y urbanísticos. En el primer parámetro, señala que es un “importante ejemplo” de la arquitectura de lenguaje ecléctica, y que convive en la plaza de Pontevedra con otros inmuebles de arquitectura racionalistas, más moderna.

Desde el punto de vista del diseño, considera que tiene “indudables calidades constructivas”, de las que destaca la disposición simétrica de las fachadas y la decoración. En las esquinas del edificio se yerguen dos pequeños torreones, coronados por pináculos, que “dan a esta obra un carácter muy singular”. También en la parte superior se halla un “último cuerpo de galería nada usual”. En cuanto al urbanismo, el catálogo destaca que colabora con la “configuración y espacial” de la zona de la plaza de Pontevedra.

Rodríguez Losada, coruñés de 1886 que se desempeñó en la arquitectura y en la música, concibió también la vecina Casa Ameixeiras de la plaza de Lugo, levantada en 1924, así como otros edificios del Ensanche como el que alberga al Colegio Notarial de Galicia (Arzobispo Lago González, 12) o la Casa Cortés, de la plaza de Galicia, entre otros edificios de San Andrés o Francisco Mariño. Fue el arquitecto que diseñó la Ciudad Jardín, y, dentro de esta, se encargó de los planos de Villa Felisa.

Manuel Piñeiro Pose, gallego que había hecho su fortuna en la emigración, dejó el edificio a una fundación formada por varios cargos eclesiásticos y de la sociedad civil, con el encargo de que las rentas se dedicasen al socorro de los enfermos del ya extinto Hospital Municipal. Si se enajenaba, recomendaba que el inmueble pasase al Ayuntamiento, para que este lo dedicase al mismo objetivo.

El actual Gobierno local entiende que esto le permite hacerse con la propiedad de la Casa Escariz, algo a lo que los albaceas y patronos (actualmente el abad de la Colegiata y los párrocos de Santa Lucía y San Nicolás, ya que los demás han renunciado o han desaparecido los cargos) se oponen.

Según su abogado, el inmueble, que cuenta con 28 viviendas y con bajos comerciales, proporciona unos 40.000 euros mensuales a la fundación. Tras la extinción del Hospital Municipal (ratificada en 1986 por el Ayuntamiento), estos se destinan, afirma Losada, a entidades de la ciudad que trabajan realizando obras caritativas, especialmente Cáritas Interparroquial, Padre Rubinos y la Cocina Económica. Desde 2015, afirma el letrado, se han entregado unos 900.000 euros a estas y otras asociaciones. También asegura que los patronos no perciben sueldos, dietas u otra remuneración.

La fundación, clasificada como de interés gallego, está obligada a presentar cuentas anuales ante la Xunta, y, aunque el Gobierno gallego señala que no las ha remitido al menos en los últimos cuatro ejercicios, Losada defiende que se está trabajando con la administración para regularizar la situación.

También ha anunciado la disposición de la fundación a ampliar el número de patronos para asemejarse a la disposición original que dispuso Piñeiro Pose; antes de que renunciaran, junto a los cargos eclesiásticos se encontraban otros como el decano del Colegio Notarial coruñés o el presidente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de la ciudad.

Lo “ideal”, explica Losada, que afirma que la fundación quiere abrirse a la ciudadanía y difundir el legado de Piñeiro Pose, sería añadir a los tres sacerdotes que se desempeñan como patronos otros tres miembros de la sociedad civil.

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