Los amantes de los deportes de nieve tienen en Zermatt una de sus sedes más importantes. La estación de esquí suiza vive a la sombra eterna del Matterhorn, uno de los picos más altos de Europa, y sus pendientes se encuentran entre las más empinadas del continente. Un bello paraje que ahora puede verse desde el telecabina de tres cables más alto del mundo. Ha costado 60 millones de dólares, tiene el suelo de cristal y posee más de un millón de cristales Swarovski.
Desde su inauguración a finales de noviembre, el Matterhorn Glacier Ride -una colaboración entre el fabricante italiano de remontes Leitner Ropeways; la legendaria casa de diseño de automóviles Pininfarina y el gigante de cristal Swarovski- ha transportado hasta 2.000 pasajeros por hora a través de cables de 4000 metros de largo. Sube 900 metros verticales en nueve minutos desde la estación de Trockener Steg hasta Klein Matterhorn, la hermana pequeña del famoso pico de Zermatt, donde deposita a esquiadores y snowboarders a casi 4000 metros.
Las cuatro cabinas de cristal, marcadas por los deslumbrantes exteriores de Swarovski, cuentan con una ventaja adicional: el suelo de vidrio mate se vuelve transparente una vez que el ascensor alcanza los 170 metros de altura, ofreciendo una vista espectacular del glaciar que rodea la base de Matterhorn. Y para los clientes habituales de Zermatt, es una actualización del servicio que ha tenido muy buena acogida. Aunque el sistema anterior no llegaba a los 40 años; en temporada alta se pudieron ver tiempos de espera de 1,5 horas.
Además de la rapidez y la visibilidad, las cabinas son muy lujosas. Cada una de las 25 cabinas cuenta con asientos diseñados por Pininfarina, fabricados en piel y gamuza sintética, con calefacción incorporada y adornados con el logotipo de la montaña en cristales Swarovski. "El diseño de la cabina es puro, armónico y dinámico, una exhibición perfecta del mejor diseño de Pininfarina", explica el presidente de la compañía, Paolo Pininfarina.
Todo este lujo ha tenido un elevado coste para la estación Zermatt Bergbahnen AG que alcanzó los 60 millones de euros, una cifra que solo queda eclipsada en Europa por los 72 millones de dólares del telesilla del Stubai Glacier Ride de Austria, que también cuenta con asientos en Pininfarina. No obstante, este gasto es una inversión segura. Con una altitud de casi de casi 4000 metros, la estación de Zermatt está exenta de las consecuencias del cambio climático. Además, la estación siempre se ha beneficiado del funcionamiento durante todo el año: en 2017, hubo 9 visitantes de verano por cada 11 esquiadores de invierno.
"Esperamos que la nueva góndola suponga un aumento en el número de invitados, especialmente en el área del turismo de excursiones", dice Mathias Imoberdorf, gerente de comunicaciones de Zermatt Bergbahnen. Además, la estación aledaña de Klein Matterhorn ya cuenta con un tubo de nieve, una sala de cine, un palacio glaciar subterráneo y una plataforma de observación tridireccional para mantener entretenidos a los no esquiadores.