Para resolver este tipo de situaciones existen normas que regulan la adaptación de espacios para quienes presenten cualquier tipo de minusvalía física, así también como dispositivos y aparatos especiales que faciliten el acceso y la movilidad de las personas. Las actuales tendencias sociales en gran parte del mundo apuntan a la adaptación los espacios de las ciudades para las personas que presenten discapacidad, con la instalación de infraestructuras y mecanismos especiales que permitan que cualquiera, sin importar qué tipo de discapacidad tenga, pueda acceder a ellos y transitar libremente.

Las modernas legislaciones incorporan en sus textos normas relativas a la inclusión de las personas discapacitadas, que obligan a la adaptación de edificios e inmuebles con medidas específicas que regulan tales adaptaciones.

Hay instituciones, como la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) o la Sociedad Federada de Personas Sordas de Málaga (SFSM), que promueven la adecuación de edificios, públicos y privados, con la utilización de una guía de accesibilidad en edificaciones , que indica con detalle una serie de normas que se deben desarrollar para garantizar el acceso y libre tránsito de personas con discapacidad.

El documento recoge los criterios y normas básicas que deben establecerse en los espacios dedicados a la cultura, ocio y actividades deportivas, para garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad, dejando a un lado todo tipo de barreras, sensoriales, físicas y sociales, que puedan existir.

Los principales objetivos de la Guía de Accesibilidad en el Ámbito de la Cultura, Ocio y Deporte, son sensibilizar a la sociedad y al empresariado, a considerar la planificación de las actividades culturales y deportivas en los colectivos de personas con discapacidad; y difundir y promover buenas prácticas de accesibilidad para cualquier tipo de actividad.

Además, busca crear conciencia en la necesidad de adaptar los espacios para que no haya exclusión, y todas las personas sin importar su condición, puedan disfrutar de ellos.

En esta guía se abordan diversos aspectos, como pueden ser los aparcamientos reservados, los accesos a los edificios, la estructuración adecuada de pasillos, puertas, ventanas y escaleras, la instalación de rampas y ascensores especiales, y demás elementos importantes.

Por ejemplo, en ella se establece que las autoridades o administradores de los inmuebles, deben reservar un determinado número de plazas en el aparcamiento, especialmente para personas con movilidad reducida. La relación debe ser de 1 por 40.

También se menciona que deben tener unas dimensiones específicas de 6,50 metros por 3,60, incluyendo la zona de acceso y que deben estar pintadas de color azul, con el símbolo internacional de accesibilidad (SIA) y el texto que diga “Reservado para personas con movilidad reducida”.

Los accesos a edificaciones también están plenamente estipulados en este instrumento, al establecerse que los edificios deben tener el mismo nivel de la cota exterior. Si fuera mayor a 5 centímetros deberá instalarse una rampa, ascensor o elevador, a disposición de las personas con discapacidad.

Muchos aspectos están detallados en esta guía, para que sean establecidos en cualquier tipo de edificación, y así, las personas con discapacidad tengan total acceso y movilidad. Es una forma muy positiva de ir apartando la exclusión y permitir que este importante colectivo de ciudadanos pueda participar y disfrutar de todas las actividades de la sociedad.

La mejor solución para casas sin ascensores

Hay hogares de dos y más plantas habitados por personas con movilidad limitada que no pueden acceder a las áreas superiores porque no tienen elevadores u otra manera efectiva de llegar a ellos. Por fortuna hay una buena solución, las plataformas y sillas salvaescaleras en Valencia han sido la manera más efectiva de resolver el problema en esta localidad y también en el resto de España.

Estas sillas especiales mecanizadas están sujetas a un riel, a lo largo de toda la escalera, en la que las personas se sientan para subir o bajar entre las plantas. Son muy útiles en aquellos hogares donde hay adultos mayores o individuos que les cuesta moverse o subir y bajar escalones.

Estos aparatos se pueden instalar en todo tipo de escaleras, tanto curvas como rectas, en uno o diversos tramos, y en espacios interiores o exteriores. Además, son muy fáciles de instalar, ya que no requieren cuantiosas obras.

En cuanto al funcionamiento son muy sencillas de utilizar, sólo tienen unos botones básicos para subir o bajar. Cualquier persona podrá utilizarlas siguiendo unas breves y sencillas instrucciones.

Por ser plegables, no ocupan espacio ni interrumpen el tránsito de personas que usen las escaleras de manera tradicional. Son seguras y muy fiables, y no representan ningún tipo de riesgo cuando se usan adecuadamente.

La autonomía de estos dispositivos es una gran ventaja, por cuanto las personas que los utilizan, no necesitan de ayuda de ningún tipo para usarlas de manera segura. Sólo llegan a la silla, se sientan en ella y manipulan los controles de manera que pueden subir o bajar al área superior o inferior.

Las sillas salvaescaleras son una solución muy efectiva, útil y mucho más económica que instalar un ascensor en la casa, por lo que se han vuelto muy populares. También se pueden personalizar a gusto de los usuarios para darles un toque diferente con distinción.

Muchos hogares ya cuentan con estas sillas para atender a los abuelitos, a personas con alguna limitación motriz o con alguna discapacidad motora, que seguro agradecen las posibilidades que se les abren con la instalación de estos convenientes y prácticos aparatos.

En definitiva, todas las medidas que se tomen para contribuir a que una persona con alguna dificultad pueda acceder a los espacios públicos o a cualquier parte de su hogar, es una buena acción que ayudará a mejorar su accesibilidad y a reducir la exclusión existente. Todo por una mejor sociedad.

Esta es la opinión de los internautas, no de EL MUNDO FINANCIERO

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