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Las condiciones en Llodio impiden poner algunos ascensores. / SANDRA ESPINOSA

De momento, en torno a un centenar de familias repartidas en una decena de comunidades de Areta, Latiorro, Batzalarrin, Urumea y Doctor Fleming no pueden poner ascensor en sus casas porque la normativa municipal se lo impide. Las exigencias son casi imposibles de cumplir en algunos edificios antiguos, que carecen de espacios amplios en la escalera y en los que residen pocos vecinos. Las condiciones que les impone el Ayuntamiento les obligan a dejar un espacio libre de 90 centímetros en la escalera para que puedan acceder los cuerpos de emergencias y de 80 en la caja del ascensor. Lo normal es que un ascensor cueste unos 8.000 euros a cada vecino, pero si la obra se amplía y necesitan reconstruir la escalera, el coste se multiplica por dos. «Queremos mejorar la accesibilidad de nuestras viviendas», aseguran. En muchas de ellas viven personas mayores que no pueden salir de casa o lo hacen con grandes dificultades.

Por eso, se han unido en una plataforma para reclamar un cambio en la normativa municipal y lograr que sea más flexible a la hora de autorizar este tipo de instalaciones de manera que «se cumplan las condiciones del Gobierno vasco». Una de sus quejas fundamentales es que «hasta 2012, en Llodio podían ponerse ascensores como en cualquier otro municipio, pero ahora no. Las medidas que se exigen son mucho mayores y eso aumenta el precio de la obra o directamente impide que se puedan instalar».

Los vecinos quieren «poder poner cajones de 65 centímetros y escaleras de 70 de manera que podamos entrar y salir de casa». María Pilar Álvarez, que defendió la petición vecinal ante el pleno llodiano, pidió que «nos tratéis como a personas», muy emocionada porque su familia hace años que no puede ir a su casa.

Los vecinos de los números 4 y 5 de la calle Urumea también expusieron que ya han encargado la redacción de varios proyectos desde 2012 para adaptarse a las sucesivas exigencias municipales. A pesar de todo, no se les ha permitido ocupar parte de la vía pública para resolver el problema. La situación también afecta a viviendas que ya tienen ascensor, como la 'casa rosa', donde el Ayuntamiento obligaba a ampliar la caja del elevador para poder bajarlo a cota cero.

El pleno del Ayuntamiento de Llodio debatió a finales de octubre una moción respaldada por un grupo de vecinos a los que se han ido uniendo más comunidades en los últimos días para lograr un cambio de la normativa. La moción quedó rechazada con los votos de PNV y PSE y la abstención de EH Bildu. Solo Omnia votó favorablemente la petición. El equipo de gobierno defendió su negativa porque «queremos que pongáis una ascensor digno», explicó Loli Muriel del PSE.

El PNV se ha comprometido sin embargo a estudiar el asunto de manera que se pueda analizar «caso por caso». El concejal de Urbanismo, Ander Larrinaga, asumió el compromiso de «revisar y reflexionar sobre el contenido de la ordenanza municipal para que se pueda dar respuesta a casos como los que se nos están presentando, pero lo vamos a hacer desde el trabajo conjunto con los servicios de emergencia y con los propios vecinos y vecinas afectadas». El mismo portavoz aseguró que la intención es contar con una normativa que dé respuesta a los problemas que se plantean en la actualidad y a los que aparecerán en el futuro.